Muchas veces no avanzamos con un proyecto por detenernos en los miles de mensajes que nuestra mente nos envía. “Me falta definir más detalles, no me termina de convencer, a la gente no le va a gustar, etc.” Entonces nos terminamos agobiando arribando a la frustración y hasta es probable que abandonemos nuestro proyecto.

Pasará el tiempo y diremos  “Alguna vez yo lo intenté, pero…”

¿Realmente lo intentaste? Intentar algo es darlo todo sin enfocarnos en el resultado, este podrá ser el que anhelamos, podrá ser que supere nuestras expectativas o puede ser que no logremos el resultado esperado.

Lo importante a la hora de abordar un proyecto es ponernos un límite en nuestras propias exigencias, debemos tomar acciones comprometidas y definir día y hora para ponerle fin a nuestro proyecto, si eres una persona perfeccionista probablemente nada te conforme, sé consciente de ello y termina tu proyecto igual, lo que tú ves como imperfecto quizás otros no lo vean. Avanza, no te sabotees, eso es lo importante.

Darle fin a un proyecto, sea cual fuere, nos aporta seguridad, saber que hemos sido capaces de conseguirlo, dejarlo en el camino solo nos lleva a la frustración.